En estos días he tenido la oportunidad de ver y leer el material editorial previo a la publicación de la próxima Grulla, sí, la de Ram Mandil, la del amor, la del tiempo, la del psicoanálisis y lo real, que a posteriori del Seminario Internacional servirá de soporte epistémico para siguientes investigaciones, enseñanzas y aporte a la clínica. Este, un tercer tiempo que le sigue a las investigaciones previas al seminario y a los productos de trabajo de esta muy vasta comunidad que es el CIEC.
Si de lo real del tiempo y de cómo afecta a la vida se trata, son muchas las situaciones con las que nos vemos confrontados y empujados, en la aceleración y la inmediatez -de tiempo y espacio-, que nos implican y nos precipita en una acción sin pausa. Un llevarnos con vértigo inopinado y poco subjetivado. Ver sin detención, responder sin pausa, irnos a dormir sin elementos para comprender de qué se trató. La economía libidinal sobre expuesta al imperativo iluminado de ‘hay que preservar al bien común’, aunque poco común sea.
Nuestra comunidad institucional, inserta en lo social, puede no ser ajena a esta incertidumbre fabricada, desde muy diversas vertientes, movimientos sociales y políticos, que hacen olas y horadan. El Instituto cuenta con la formación, como defensa a los impasses de la época. ¿De qué se trata la formación en nuestro Instituto CIEC?
Está hecha de investigación, enseñanza y clínica que se arraigan en una ética orientada por lo real, el de un psicoanálisis -uno por uno-, base esencial para una estructura de funcionamiento que permite hacer de la enunciación el humus de nuestro crecimiento y arraigo. Los grupos de lecturas, talleres, grupos de investigación, ateneos clínicos, conversaciones clínicas, seminarios internos, seminario de investigación, los grupos de trabajo de las áreas, como así también las enseñanzas impartidas por dos postgrados -que imparten enseñanzas sistemáticas-, también las publicaciones que abordan los múltiples intereses del psicoanálisis y de lo social. Estas modalidades de trabajo son modalidades de formación que acompañan al psicoanálisis de cada uno. Esta es una perspectiva de política lacaniana, que hace a un funcionamiento institucional que esté advertido en un ir en contra del sentido común segregativo.
Si se es de tal o cual palo, se resiste a una experiencia desegregativa, como la de incluir lo real que despierta al sujeto en un ir más allá de lo que lo colma. Considero a la transferencia de trabajo que se sostiene en un saber expuesto, sistemático, y también al devenir subjetivo -con el modo enunciativo de cada uno-, como dos elementos fundamentales, herramientas para seguir llevando adelante la formación en nuestro Instituto dirigida a la comunidad de jóvenes de la ciudad interesados por nuestro psicoanálisis.
Álvaro Stella
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