Responsables: Lic. Juan Manuel Conforte y Lic. Patricio Debiase.
Frecuencia: Mensual – 4to sábado de cada mes de 10 a 12 hs.
Modalidad: mixta (presencial-virtual)
Inicio: 23/03/2024
Informes e inscripción: juanmanuel.conforte@gmail.com, patriciodebiase@gmail.com
¿Qué valor tiene un síntoma? En términos de valor de cambio, ninguno: el síntoma no es intercambiable o transferible, aunque los diagnósticos puedan armar síndromes comunes y un comercio terapéutico a su alrededor. Algo del síntoma siempre es rebelde a todo diagnóstico. Si lo pasamos a valor de uso, el síntoma se caracteriza por su policresis: posee unos usos singulares que no se reducen a la sobrevivencia o a la adaptación social.
Su anclaje en el significante lo pone en la vía de la diferencia: muta, se desplaza, condensa. El síntoma se sostiene en una estructura de lenguaje que hace hablar al cuerpo de aquello que no encaja en el discurso del amo, pero su consistencia no es semántica sino sintáctica. Una sintaxis que se resiste al extractivismo discursivo porque el síntoma ya es efecto de la extracción de un significante. Esta novedad, lleva a plantear el uso singular del síntoma al nivel de un proceso de escritura que abre la cuestión de los goces en el cuerpo o fuera del cuerpo (fenómeno y acontecimiento), etc. No es el síntoma que habla, sino el que repite dicho significante fuera de la cadena simbólica cuyo soporte es letra de goce .
Su anclaje en la letra indica la huella de las invenciones singulares frente a la irrupción de lo real. Así, el valor del síntoma es instituyente, no puede ser cotizado en el mercado del saber, sino en el uso singular que cada uno pueda darle en el curso de un análisis.