Índice
Prefacio .p3
Conferencia “El tiempo de un tratamiento psicoanalítico .p5
Seminario “Primera Parte” .p21
Seminario “Segunda Parte” .p45
Prefacio
Es para nosotros una alegría presentar este nuevo seminario, el cuarto Seminario Internacional del CIEC. Esta vez nuestro invitado es Jésus Santiago, psicoanalista miembro de la Escuela Brasilera de Psicoanálisis, que trabajó en un primer momento en la Conferencia en la Universidad Nacional de Córdoba sobre “El tiempo de un psicoanálisis”, marcando la diferencia entre tiempo y duración. La duración que corresponde a un standard y el tiempo homogéneo del inconsciente, tal como lo propone Lacan, implica considerar al inconsciente como acontecimiento, como pulsación, y abordar el real propio del psicoanálisis en la modalidad temporal de la contingencia. Esto hace suponer que el analista accedió a un estado de disponibilidad para lo inesperado, para el encuentro con la propiedad misma de las cosas, con aquello que escapa no sólo al sentido de lo real, sino también a sus leyes.
En un segundo momento, dictó el seminario sobre “Nuevos modos de goce: sexuación masculina y sus alcances en el final de análisis. Sexuación femenina, la clínica del estrago”. Sobre el fondo de la dificultad de la relación entre los sexos, Santiago muestra en primer lugar, cómo el casamiento, en esta época de la inexistencia del Otro, se convirtió en un instrumento para gozar. Aun así, esta banalización no atenúa ni alivia la presión del ideal, lo que se evidencia en la clínica día a día. En segundo lugar, señaló que las distintas maneras de identidades sexuales, constituyen respuestas sintomáticas a lo real relativo a lo imposible de la relación sexual. Señala cómo Lacan, dando un paso más allá de la dicotomía entre género y sexo, en su última enseñanza, abre el capítulo magistral de lo que él mismo llamó sexuación, ubicando en las tablas del lado masculino, el goce fálico, como localizable, finito, y del lado femenino, el Otro goce, ilimitado, infinito.
En la primera parte, Santiago muestra como una de las formas de goce masculino la figura del dandi, que se caracteriza por el uso exacerbado del semblante, impasible, imposible de ser sorprendido. El dandismo es una vía para satisfacer la voluntad de castración inscripta en el Otro, aun cuando no se crea ya en el Otro. La impasibilidad del dandi se inscribe en la ética del solterón. El solterón es la figura que caracteriza lo esencial del modo de goce solitario del hombre moderno que se expresa por la devoción dedicada a esos objetos de consumo provistos por la ciencia, como fiadores sexuales en tanto en ellos se capta algo del goce del cuerpo. El solterón es alguien que se revela casado con el goce del cuerpo, alguien que elige como partenaire sexual el Uno fálico. Desde el punto de vista de su modo de goce, se concluye que el partenaire del solterón no es el Otro, sino lo que sustituye a éste como objeto a.
En la segunda parte, del lado de la sexuación femenina, Santiago trabaja los efectos devastadores que la forma erotomaníaca del amor asume para las mujeres. Define, con Miller, al estrago como el retorno de esa demanda de amor en su carácter potencialmente infinito. Si el partenaire para el hombre se personifica en la forma fetichista del objeto, en la mujer el partenaire gana la forma propiamente erotomaníaca del amor. Es como si la maldición resurgiera otra vez por intermedio del reparto de los sexos.
Este es un ligero recorrido de este libro. El tratamiento de los temas y la invalorable participación del público fueron más allá, por lo que los invito a leerlo y trabajarlo con la profundidad que este seminario amerita.
Ana María Gallegos