Argumento
Cuando un niño llega a análisis trae sus síntomas, nos cuenta sus miedos, nos revela el tormento de sus pesadillas, se angustia por sus lazos familiares o escolares, no sabe qué le pasa en el cuerpo, le cuesta aprender, se asusta y asusta a los otros con sus arranques de ira… los despliega con sus palabras, dibujos o juegos, en los que va esforzándose en decir lo insoportable de eso que lo atraviesa.
A veces él mismo ha pedido venir a vernos, otras, es un adulto quien demanda por él cuando la posición del niño dista del Ideal familiar o escolar o interpela con su síntoma, su inhibición o su angustia el real parental. Ubicar la urgencia subjetiva que promovió la consulta es el punto de partida.
¿Cómo leer ese sufrimiento, ese malestar? ¿Cómo hacernos partenaires en el lazo transferencial para seguirlo en la lectura de su inconsciente? Lo que trae el niño toma valor de un texto, en el lazo analítico, que no deja de presentar sus paradojas por los equívocos de su lalengua.
El analista lector subraya aquello que tiene sentido libidinal o pulsional. Responde en términos de ubicar la satisfacción singular con la que el niño se las arregla en el encuentro inevitablemente fallido del significante con el cuerpo. Encuentro en el que el niño estará implicado en responder con una invención que sirva como causa de goce.
El niño contemporáneo – nos dice Eric Laurent -, ante la fragilidad de la función paterna actual, se encuentra librado a “formas precoces de goces adictivos, se confronta con aquello que no cesa de repetirse, tanto desde la vertiente del demasiado pleno o del vacío” 1Eric Laurent “Conferencia entrega Honoris Causa”. UNC 2019 – Disponible en la WEB. Así, recorta los síntomas actuales en aquello que involucra los distintos circuitos pulsionales. En cuanto a lo oral: en la anorexia y la bulimia. Del objeto anal: la retención- expulsión, así como también la agresividad. En el campo escópico: los videojuegos y las pantallas por todas partes. En el terreno de la pulsión invocante: la intolerancia a los mandamientos de la ley. Agrega también, en algunos niños hoy la imposibilidad de habitar un sexo que consuene al género asignado.
La idea que nos anima es la de leer el síntoma en la infancia valiéndonos de casos clínicos, buscando exigir el síntoma cada vez, apuntando a implicar al sujeto, ubicar el impasse, localizar el detalle clínico. Tiraremos la cuerda… orientándonos por lo más sensible que trae el niño. Haciendo lugar así a lo que cada caso nos enseña y a las respuestas con las que el practicante del psicoanálisis acompaña las invenciones singulares del niño.
Los esperamos a leer juntos esos detalles que en los encuentros con un analista le permiten al niño ir leyendo su vida y aliviar su pesar.