Índice

Prólogo .p5
Conferencia: ¿Es real el amor? .p9
Seminario. Parte I .p41
Seminario. Parte II .p69

Prólogo

Una grulla sobre el tiempo. ¡Llegó! Teníamos prisa de que aparezca.

¿Saben por qué? Ella trata un malestar profundo de esta civilización. El tiempo hace síntoma, el tiempo an­gustia. Es un continuum sin cortes, es todo junto. El cuerpo mismo es tiempo, afectado de aceleraciones o detenciones.

Sobre todo esto conversamos con Ram Mandil en el XIII Seminario Internacional del CIEC, los días 26 y 27 de abril de 2019, en Córdoba. Se inició un verdadero tiempo de comprender, ya que sus ponencias consiguie­ron despertar y hacer lugar a las diversas preguntas y co­mentarios de los asistentes. El contenido de esta Grulla, una obra que se escribió con aquel primer texto oral, capta muy bien la dimensión de pausa productiva gene­rada allí, y nos causa a seguir en el trabajo de elucidar sus consecuencias clínicas, epistémicas y políticas.

Lo primero que encuentran en estas páginas, es la Conferencia en la Universidad, que llevó por título una pregunta: ¿Es real el amor? Un modo equívoco que re­pica no solo con lo real en oposición a lo artificial, sino con el real lacaniano: imposible, sin ley, contingente.

“¿Qué nos enseña un análisis sobre el amor?” o “¿De dónde vendrá esta impresión que el amor es el producto de una serie de artificios, de que hay algo en él que se presenta a contracorriente de los modos de satisfacción?” Son cuestiones que Ram Mandil abrió revisitando tex­tos de Freud, de Lacan y también la clínica contemporá­nea, extrayendo al menos cuatro aspectos que confieren ese aire artificial al amor. Luego, el lector descubrirá tres perspectivas de un “amor digno”, matices que no apun­tan a ninguna moralidad sino al modo en que el amor se anima a jugar su partida con lo inclasificable propio y del otro.

“El amor y el tiempo hacen un hermoso tema”, de­cía J.-A. Miller en Los usos del lapso. Al avanzar en las páginas de esta Grulla apreciarán las relaciones que aloja este binomio y se irán adentrando en lo que Ram Man­dil presentó como una investigación sobre el tiempo, para la cual se sirvió de un sintagma del título, la noción de “tiempo real”, introducido en la vida cotidiana por las tecnologías de la información y la comunicación.

Leerán también sobre las relaciones entre incons­ciente y tiempo, la dimensión temporal de los análisis, cómo el tiempo hace síntoma en los retrasos, la puntua­lidad, la anticipación o frecuencia de la sesión analítica.

La sorpresa, elemento heterogéneo, o el corte como posibilidad de desconexión temporal dan a la clínica lacaniana su marca registrada y su eficacia: un uso del tiempo que se homologa a un inconsciente pulsativo, del instante.

Urgencias, inercias y precipitaciones son tomadas una por una para desplegar sus aristas clínicas. La urgencia como respuesta al trauma –nos enseña nuestro invitado– indica que el acontecimiento traumático produce una tensión temporal frente a lo que se presenta como enig­ma y perplejidad. ¿Cuál sería el modo analítico de tratar los casos de urgencia? Ram Mandil despliega pinceladas de una indicación precisa de Lacan: hacer el par con estos casos. ¿Qué quiere decir esto? ¿Se trata de ofrecer otro significante, un par, que introduzca un sentido al fuera de sentido de la urgencia? El esfuerzo lacaniano es ir más allá de la vía del fantasma. Lectores: síganlo en este desarrollo y no se pierdan los debates porque, como les decía, el tiempo pausado del encuentro puso el con­dimento gustoso para reunirnos en la cocina del tema.

¿Cómo saldremos del sueño de eternidad, esa quimera que atraviesa todas las épocas y a cada uno en su fantasma? Quizás hoy la velocidad y el ritmo que toma la vida o el culto de lo descartable, nos hacen creer que vivimos un presente que, por cambiar rápido, se aparta de lo eterno. Sin embargo, el discurso analítico no deja de interpelar­nos: ¿Qué hay en el reverso del “en tiempo real”?

Aquí, en esta nueva Grullita que desde ahora co­mienza a volar, tienen valiosos instrumentos de lectura para continuar una investigación que no pretende haber concluido. ¡Atrápenla en su vuelo para que ella les cuen­te! Ojalá sigan su recorrido y que ese revoloteo anime un tiempo fecundo de trabajo.

Silvia Perassi