Estamos ante un nuevo elemento de la Colección Grulla. Una colección que, en palabras del invitado en esta ocasión, Oscar Ventura, es “una referencia en el conjunto de las Escuelas y de los Institutos. Por lo menos en los que compartimos la misma lengua”1Ventura, O. Discurso sexual: el psicoanálisis en los debates actuales, Colección Grulla, Babel Editorial, Córdoba, 2021, p.16..
Subrayo estas palabras, subrayo este “por lo menos en los que compartimos la misma lengua” porque, además de tocar un gusto especial para mí, y un anhelo de que las publicaciones de nuestro Instituto estén traducidas en otros idiomas, considero que una eventual traducción de la Colección Grulla es quizá un requerimiento que está ya plasmado en el significante “Internacional”, del Seminario que la Colección transcribe.
En la Babel digital que habitamos, los debates sobre las traducciones y sobre los soportes materiales son de gran importancia para pensar la circulación de nuestras publicaciones. El vuelco obligado hacia “lo virtual” en diversos aspectos de la vida cotidiana en el último año y medio, ha dejado en evidencia que no se trata solamente de una traducción de la vida analógica a la vida digital, a partir del uso de las herramientas adecuadas. Por ejemplo, la experiencia universitaria de quienes ingresaron bajo este régimen, ha sido radicalmente otra respecto a lo que conocíamos hasta hace un tiempo. Hacerse compañeros, conocer profesores, entender la dinámica administrativa y evaluativa, enterarse de las ayudas que brindan las facultades o de los beneficios con que cuentan los estudiantes, se ha trastocado, ha surgido un nuevo modo de concebir estas acciones, se ha conmovido el modo de lazo. No puede seguir pensándose con el código analógico. Así mismo, la experiencia de lectura en un dispositivo digital, por tomar otro ejemplo, se transforma en otro modo de acceso a un texto: a veces la homogeneidad de la pantalla hace perder la idea de página, o incluso de unidad de publicación, esto podría influir quizá en nuestra memoria visual, y puede dificultar volver a encontrar esas líneas que nos impactan de un texto; al mismo tiempo, nos pone al alcance de un toque de pantalla cualquier tipo de referencia que desconocemos, o cualquier tipo de traducción; se agilizan las búsquedas de palabras y eso permite ubicar referencias que se nos han perdido de vista, en fin… otra experiencia, otro modo de acceso, otra circulación.
Por eso, -me parece- pensar en estos otros modos de circulación de nuestras publicaciones, es también una de las vías posibles para pensar cómo el psicoanálisis de la Orientación Lacaniana se inscribe en los debates actuales.
Menciono este punto de la “inscripción en los debates actuales” porque entiendo que es un interrogante que atraviesa, de punta a punta, la Grulla que estamos presentando hoy. Oscar entura plantea una pregunta respecto “al tipo de interlocución que podemos tener con estos movimientos” -por supuesto haciendo referencia a los movimientos que se nuclean en torno al “Discurso sexual”, es decir movimientos teóricos-académicos como los estudios de género o la teoría queer, activistas feministas de la amplia gama que plantean los feminismos, o activistas de las comunidades que se referencian con la sigla LGTTBIQ+.
“Los psicoanalistas -sostiene Ventura- estamos convocados a intervenir en estos debates, debates que tienen varias dimensiones”2Ibid. p.24. -aclara.
Durante el Seminario Internacional fue evidente que el interrogante respecto al modo en que el psicoanálisis interviene en los debates contemporáneos es de interés para nuestra comunidad. ¿Cómo entramos en la interlocución?¿Desde dónde?¿Para qué? En marzo de 2013, Miller es invitado al Senado Francés para dar su opinión en el debate en torno a lo que en Francia se llamó la ley del “Matrimonio para todos”.
Al comienzo de su exposición, da los motivos respecto a qué lo hizo decidir comprometerse en ese debate, y cambiar la opinión que él tenía de no hacerlo. Comenta que se irritó mucho al ver a colegas oponerse a la Ley en nombre de “El Psicoanálisis”, haciendo una “instrumentalización ilegítima de nuestra disciplina”. Miller da a conocer cuál ha sido su lugar respecto a la AMP y a las Escuelas, indica que la ECF decidió no tomar posición en el debate, y manifiesta que tampoco pretende hablar en nombre de Lacan, sino que hablará en nombre propio3Miller, J-A. Intervención en el Senado francés, en Transformaciones: ley, diversidad, sexuación, Comp. Mónica Torres, Graciela Schintzer, Alejandra Antuña, Grama Ediciones, Olivos, 2013.. De esta manera, como punto de partida para iniciar su conversación, Miller descompleta cualquier idea posible de “El Psicoanálisis” como un todo compacto, y a su vez contextualiza a su interlocutor frente a las múltiples lecturas y posiciones que existen en el campo psicoanalítico.
Un poco después, a partir de algunas preguntas que recibe desde los Senadores, explica lo siguiente: “En el campo en el que ejerzo mi práctica, no tienen validez las relaciones de causalidad que conocemos en el mundo, esto quiere decir que no se puede decir “he aquí, si se tiene tal fenómeno, la causa necesaria será x”. ¿Qué es lo que hace hablar al inconciente? La ruptura que hay de causa a efecto. […] Si hacemos tal cosa, obtendremos tal otra, eso no lo sabemos nunca exactamente”. Agrega luego: “Es necesario ir lentamente, prudencia del psicoanalista, a veces mejor quedarse bajo la mesa que encima de ella, lo que tiene su razón de ser en esa dificultad […] de la ruptura de la causa”4Ibid. p.138.. Marca la prudencia y el tiempo necesario, pero respecto a algo muy preciso, que es el agujero negro de la causalidad, en el campo en el que ejerce su práctica. Quizá no haya que confundir esta prudencia, con aquella que Lacan ubica junto a la impostura, en el Discurso en la Escuela Freudiana de París5Lacan, J. Otros Escritos, Buenos Aires, Paidós, 2012, p.280., respecto a la organización de una institución psicoanalítica.
Si bien lo que encontramos todos los días en nuestra práctica es algo que va a contramano de la causalidad que conoce el mundo, y por eso tal vez no es muy cómodo lo que tenemos para decir respecto a ello, Oscar Ventura nos propone como necesario ofrecer esto al debate, sobre todo en relación a los discursos sobre el sexo. Pero también, nos invita a prestarles atención, nos recuerda que “no somos ajenos a su producción, compartimos a veces afinidades -a veces profundas- en las referencias, compartimos a veces conceptos, compartimos también muchas veces el empuje desegregativo que resulta de la enunciación de algunos de estos discursos”6Ventura, O. Op.Cit., p.34..
Vuelvo a Miller en el Senado, y retomo un punto más. Durante la conversación, expresa sus dudas de que “tengamos ficciones jurídicas suficientemente poderosas como para resistir a los medios científicos de los que disponemos”7Miller, J-A. Op.Cit., p.137.. Si bien esto apunta a los debates éticos y morales que algunas técnicas científicas introducen, también es algo que puede escucharse en ciertas reivindicaciones respecto a ciertos derechos, sobre todo cuando apuntan a la autonomía. Este vacío legal, produce un empuje a la autonomía que, paradójicamente, es cada vez más alienante. Esto es algo pregnante en nuestra época. Oscar Ventura lo nombra como “el argumento de la autodeterminación”8Ventura, O. Op.Cit., p.42. que tiene como efecto la dilución de la clínica.
En este marco, encontramos dos aspectos clave de la clínica, para nosotros: por un lado, la clínica como brújula privilegiada, es “a partir de ella como se nos presenta la contemporaneidad”. Al mismo tiempo, “es sobre ella también que nos autorizamos a poder decir algunas cosas sobre las modalidades del discurso que atraviesa nuestra época”9Ibid. p.23.. A partir de aquí, Oscar nos invita a “insistir […] para hacer repercutir el traumatismo Freud en la interlocución, tal y como lo seguimos viendo desprenderse de la experiencia clínica”. Un “primer grado de interlocución” sería hacer escuchar el acontecimiento Freud, hacer recordar la subversión freudiana, por ejemplo, respecto al discurso sexual, la desnaturalización radical que Freud introduce10Ibid. p.25..
No deja de escucharse aquí el eco del Acto de fundación -que es importante tener muy presente-, mediante el cual Lacan nos invita a un trabajo: “un trabajo que, en el campo que Freud abrió, restaure el filo cortante de su verdad; que vuelva a llevar la praxis original que él instituyó con el nombre de psicoanálisis al deber que le corresponde en nuestro mundo; que, mediante una crítica asidua, denuncie en él las desviaciones y las concesiones que amortizan su progreso al degradar su empleo”11Lacan, J. Op.Cit., p.247..