Responsable: Ana Gallegos · anamgallegos@yahoo.com.ar
Frecuencia: 2° y 4° viernes, 14.00 a 15.30 hs.
Modalidad: Presencial (CIEC · Mariano Moreno 38)
Inicia: 22 de marzo de 2024
Argumento
Plantear afinidades y diferencias entre sueños y fantasma, implica no sólo a la cuestión conceptual, sino también a su uso y abordaje en la clínica con niños. Asimismo. Esto incluye la
hipótesis clínica en la cual nos apoyamos. Freud afirmaba que los sueños son la vía regia del inconsciente, y ubicaba en el sueño mismo la presencia de un punto opaco que mostraba un límite a la interpretación. A ese punto opaco le llamó el ombligo del sueño. Es así que la interpretación freudiana se detiene en el sentido sexual. Para Lacan, el ombligo del sueño remite a la vertiente real del sueño, al traumatismo inaugural. Se podrá leer, en el relato del sueño, en el despliegue significante, la falla que la frase del sueño expresa, lugar del objeto a. De este modo, la interpretación ya no sigue el modelo de la traducción o el desciframiento, con la interpretación lacaniana se está entre-dos. Este objeto a, núcleo elaborable del goce, será alojado por el fantasma en los juegos de los niños, en sus dibujos, en sus ficciones, y deberá ser tratado, como indica Daniel Roy, con rigor gramatical, lo que requiere del encuentro con un analista. Si consideramos que el fantasma es la ventana hacia lo real, podemos detenernos en la indicación clínica ofrecida por Eric Laurent a los practicantes del psicoanálisis con niños: En el niño se va a lo real a través del sentido, del circuito pulsional y de lo que Lacan llamó los falsos agujeros que son el principio del placer, la inhibición, el fantasma. La propuesta es, siempre, investigar al ras de la clínica, con la orientación del Instituto del Niño, buscando en cada caso, en los sueños de cada niño, la oportunidad de ubicar el Uno solo del síntoma -significante opaco y resistente a cualquier modo de darle sentido-, la pista de su manera singular de goce, así como los medios de los que se vale y sus invenciones.
